- Entonces ¿te vienes?-
Y bien ¿Qué demonios sabía yo de Portugal? Poca cosa, la verdad: Toallas, mujeres con bigote, bacalao, el puto Cristiano Ronaldo. No parecía el mejor lugar del mundo al que huir, visto así. Pero joder, después de todo, era un lugar. Quiero decir, uno no puede andar pensando todo el santo día en las consecuencias de sus actos o terminaría por volverse como una puta cabra. Decides entrar al supermercado, decides cenar una puta pizza, decides aligerar el paso porque has visto a una chica con un culo bonito y quieres verle la cara. Entonces le das con el codo al desodorante y sale rodando por el suelo, lo pisa la ancianita que había decidido comprar unos tomates y se abre la puta cabeza contra la esquina de la mesa de los turrones que el encargado había decidido colocar allí ese mismo día. No sé si me explico.
- Sí- Respondí. Volvió a guardar el erizo en la caja de zapatos y nos pusimos de camino hacia la estación de autobuses.
2 comentarios:
jajajajaj! Me ha encantado!
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